En lo más recóndito del reino de Azj-Kahet se encuentra el Palacio Nerubar, sede del poder de la reina Ansurek. Desde este trono umbrío, ha reforzado el control sobre sus seguidores sureki y los ha llevado por un camino oscuro hacia un nuevo futuro. A medida que su paranoia crece, los miembros de los Hilos Cortados se preparan para lanzar la ofensiva final.